Primera Lección

La lección de un sueño lúcido me ha costado trabajo controlarla. Cuando comienzo a dormir me repito: esto es un sueño, esto es un sueño, esto es un sueño, que suerte. Me lo repetí hasta darme cuenta del lugar en donde estaba. La última vez que me encontré en la misma situación intenté salir volando y todo se desvaneció, pero esta vez no. Me tranquilicé, respiré profundo y decidí que no permitiría dejar que se escapara la ocasión, así que la tomé sin duda alguna. Lo que sucede es que uno se emociona ante tremendas oportunidades y lo primero en que uno piensa es en salir disparado por los aires, pero no, no se debe ser tonto, uno debe de enfocarse en el momento, en el contexto, en disfrutar.

La lección de un sueño lúcido me ha costado trabajo controlarla. Cuando comienzo a dormir me repito: esto es un sueño, esto es un sueño, esto es un sueño, que suerte. Me lo repetí hasta darme cuenta del lugar en donde estaba. La última vez que me encontré en la misma situación intenté salir volando y todo se desvaneció, pero esta vez no. Me tranquilicé, respiré profundo y decidí que no permitiría dejar que se escapara la ocasión, así que la tomé sin duda alguna. Lo que sucede es que uno se emociona ante tremendas oportunidades y lo primero en que uno piensa es en salir disparado por los aires, pero no, no se debe ser tonto, uno debe de enfocarse en el momento, en el contexto, en disfrutar.

Nos respirábamos tan de cerca que la menta a que sabía su boca la podía percibir ya en la mía. En sonrisas nos estábamos haciendo el amor por anticipado. Al comienzo de los besos la primera sensación que me dieron sus labios fue la de un durazno, con esa suavidad aterciopelada que rodeó por completo mi boca, su humedad llegó a cada grieta de mis labios alejándolos de toda sequía de pasión. El sabor de su boca entre menta y durazno era también té de cereza. La bebí por completo. Su lengua acarició suavemente la mía, una textura rasposa, que me hizo sentir la impresión de probar un postre agridulce, exótico. Me lamió sutilmente los labios, el cuello, las orejas. Cada lengüetazo se volvió la sensación del recorrido de una fresa por mi rostro, perfumándome, perturbándome.

Al desnudarla descubrí cada aroma saltando del barco que es su cuerpo tratando de salvarse en mi recuerdo. Me di cuenta, que antes de ser mía había sido de Ralph Lauren. Su cuello ha sido el lugar más floral por el que he discurrido. Me comí las orquídeas, las lilis y las azaleas que tenía en el cuello a pequeños mordiscos. Me sacié de su piel suave en la espalda que sabía a lo que obviamente sabe la suavidad, como la de sus pechos que en realidad son otro matiz de suavidad, como dulzón y perfumados al pinche Ralph Lauren, que dicho sea de paso no sabe nada mal. Ella es suave, rugosa y áspera, para muestra bastan sus manos que a momentos como limas me calmaban las cosquillas de inseguridad, me relajaban, me satisfacían del calorcito que tenía todo su cuerpo, cachondo.

Jabón de extractos vegetales, humectante con sabor a nuez, talco con aroma a coco y en el cabello acondicionador a kiwi; aromas que aspiré desde la cabeza hasta las piernas, que ya bien recorría beso a beso. Toda ella me trajo sensaciones que se volvieron una orgía para mis sentidos, de pronto me di cuenta de que estaba fornicando con toda una gama de sabores y olores que me llenaban alguna hambruna o carencia metafísica. Me aromatizó en sexo en el lugar donde yo me hundía, fragancia metálica básica o alcalina que como ungüento me relajaba mientras ambos proseguíamos hasta llegar al punto antes fijado cuando nos sonreíamos ya deseándonos.

Un orgasmo de aromas, eso es lo que tuve. De pronto ya no estaba con ella, sino me encontraba sobre cojines fumando en pipa tabaco de sabores, con base de jugo de fresa y menta, el tabaco de lima con durazno. Me encontraba rodeado de azaleas, lilis y orquídeas, bañado en esencias y aceites, bebiendo también el té de cereza. Entonces tuve que decírmelo de nuevo: esto es un sueño, esto es un sueño, esto es un sueño. Y recordé que lo que yo quería era volar; lo intenté nuevamente como en noches anteriores, y por supuesto que sucedió lo de las mismas noches anteriores: me desperté.

Van días seguidos en que he dominado la primera lección: el darme cuenta de que tengo un sueño lúcido y controlarlo; por alguna razón me emocionó demasiado cuando me doy cuenta, pues lo primero que se me ocurre es volar, y al intentarlo, adiós sueño. Será para la siguiente noche, por ahora a revisar el significado de este sueño, lo que salió en el horóscopo y el tarot y las runas, el cafecito y todo lo de siempre. No vaya a ser, no vaya a ser.

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Israel V.R.

Autor: Israel V.R.

No judío, no abstemio, no delgado, no depresivo, no limpio, no actor porno, no paciente, pero sobre todo no negativo (razón por la cual me molesta de sobre manera que me digan a algo que no). Soy un neurótico muy feliz.

10 opiniones en “Primera Lección”

  1. Dos-tres erótico. Sí tiene algo, y he de decir que me gustó mucho aunque ahorita no tengo mucho tiempo para abundar en detalles. En la noche regreso.

    Mientras tanto, esto es lo mejor que he leído aquí en este mes:

    En sonrisas nos estábamos haciendo el amor por anticipado.

    ¡Genial!

  2. Yo vivi un 70% de mi adolescencia pacheca y realmente no se me hace nada pacheco el cuento, en especial cuando ya has experimentado con los sueños lucidos y pues no es lo mismo (ay si, la diabla lo sabe todo pfft), por cierto, interesantísimo tema.

    Pero bueno, independientemente de eso, me encanto la parte de que si vuelas despiertas y que esta mas chido relajarse y caminar por ahi a ver que se encuentra uno en su subconsciente. Todo eso de los sabores y olores tambien estuvo buenisimo, lo del perfume tambien, muy lindo, muy lindo. Bien hecho recomendado!

  3. No manches… qué relato tan más original!
    Una súper disculpa!!

    Ayer la página no me abría y no pude comentarte a tiempo.

    Siempre he creído que los mejores orgasmos son aquellos donde inmiscuyes más de un sentido.

    El olor a durazno me encanta, me encanta… ya dije que me encanta? ja! y eso que debido a la contaminación de esta ciudad, mi sentido del olfato es prácticamente nulo.

    ….. Y jajajaja chin yo no le hago a eso de los viajes, pero aún así, sí me dejé llevar. 😉

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