Resolución

«todo es vano y pasajero si no estás CONMIGO».

Escuchó con leve claridad. Que curioso poder escuchar a la gente cuando no se fija en lo que dice. Jamás se le hubiera ocurrido que ella escuchara ese tipo de música. ¿Qué estaría soñando? La observó nuevamente.

De no haber sido por el respirador hubiera dicho que su respiración era tranquila. De no haber sido por el suero conectado a su brazo con quien sabe que droga hubiera dicho que dormía placidamente. De no haber sido por que era una bata de hospital hubiera dicho que su vestimenta parecía cómoda. De no haber sido porque la mocosa escapó hubiera cobrado una fuerte suma de dinero. De no haber sido por ese sadismo que no podía controlar hubiera matado a la niña en la casa en lugar de deleitarse mostrándole su orgullosa colección de cuchillos.

Pero el hubiera no existe. La vida para ella se regía en decisiones, lo demás solo era consecuencia de estas. Uno tomaba decisiones todo el tiempo por las más diversas razones por muy irrazonables que estas lleguen a ser.

Fue su decisión encajuelar a la niña. Fue su decisión aterrorizarla con los cuchillos. Fue su decisión experimentar con ella para ver hasta cuando escapaba. Fue su decisión regresar a dispararle a Nubia en lugar de escapar y ciertamente fue su decisión estar parada en la entrada de la habitación del hospital y observar la muy lenta recuperación de la detective.

Un hombre de mediana edad se paró a su lado. –“Lo único que tengo que hacer para encontrarte es buscarte en los lugares menos pensados, lo cual irónicamente resulta muy obvio”-

Isabel no respondió, se limitó a observar el pecho de la detective y como este subía y bajaba con su respiración.

-¿Vienes a terminar el trabajo?”- Isabel ni siquiera lo volteó a ver.

-“No, todavía no hay precio por su cabeza.”-

-“No he recibido ninguna evidencia de que hayas terminado tu último contrato, ¿Recuerdas? La hija del empresario”-

-“…”-

-“Bueno no importa, de todos modos creo que el tipo recibió el mensaje con la muerte de su esposa y la desaparición de su hija pero no te puedo pagar el resto de lo que acordamos, después de todo en teoría no cumpliste con tu parte del trato.”-

-“…”-

Siguió la mirada de la asesina hasta llegar a la detective. Sonrió para si.
-“Te gusta jugar con la gente, sus probabilidades de sobrevivir son exactamente del 50%, todo depende de cómo responda a la operación”-

-“…”-

-“Ella es una detective, lo sabias ¿Verdad?”-

-“Por supuesto”-

-“¿Qué pasa si despierta y te busca?”-

-“Tendré una nueva compañera para un nuevo juego”-

-“Necesitas un pasatiempo”-

-“Tengo un cuchillo nuevo ¿No te gustaría verlo?”-

No recibió otra respuesta. Ella en verdad no la esperaba, pero decidió que ya era suficiente tiempo perdido en ese lugar. Dio media vuelta, se dirigió a la salida y desapareció entre la gente.

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