Bacterias culpables

Escrito por El Director

Sólo por esta ocasión no usaré el elevador. Son las 7:30 am y sé que son siete pisos y que me dirijo hasta la planta baja, pero no lo usaré hoy. No al menos esta mañana. Usaré las escaleras como todo buen deportista, situación que ni yo me la creo.

No tiene nada de malo bajar por las escaleras, es más, creo en eso de cambiar la ruta a tu trabajo para estimular el cerebro. Aunque aquí, en este caso sólo sea bajar y salir del edificio, la variación a mi rutina traerá beneficios incalculables en el número de neuronas activas. Saliendo del edificio no cambiaré la ruta en mi coche por la simple y sencilla razón de que no tengo tiempo; voy tarde para mi trabajo.

¿Entonces por qué no bajar por el elevador siendo que es una de las maneras más rápidas para descender metros? Por Griselda. Griselda es mi vecina y ella es la culpable de que sólo por esta ocasión no use el elevador. Griselda me gusta. Y no es que la trate de evitar. Bueno, hoy sí.

Dije que Griselda es la culpable, pero corrijo: las cajas con papeles que yo cargaba dentro del elevador fueron las culpables. Aunque también pudo haber sido otra cosa, como las bacterias. Es más, estoy seguro de que fueron las bacterias. Las bacterias aunadas a los nervios. Aunque pensándolo bien fue la mano de Griselda. Sí, eso fue, ya que si no es porque me extiende la mano, yo no hubiera tenido que dejar las cajas con papeles en el piso del elevador. Sí, la mano de Griselda provocó que yo tuviera que agacharme. Ya sé… agacharme fue el culpable.

Tengo que decidirme. Ya son las 7:45 y no tarda en abrirse la puerta del elevador. Y no es que yo lo haya llamado, sino que Griselda ya sabe que siempre estoy en este piso y por tanto siempre presiona este nivel para darme los buenos días.

Ya va descendiendo el elevador: se enciende la luz del piso doce, pasa al once, y luego al diez… es momento de decidir… nueve, ocho, siete… no tarda en abrirse la puerta… seis, cinco…

Sí, sólo por esta ocasión no usaré el elevador. Las malditas bacterias fueron las culpables de descomponer la comida en mi estómago… las malditas bacterias fueron las causantes de que esta mañana baje por las escaleras sin ver a Griselda. Esas bacterias que provocaron la inflamación de mi estómago y que Griselda dijera: “Qué asco”. Malditas bacterias.

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