Un año nuevo llegaba y en un viejo cine donde proyectaban películas porno en funciones de media noche, un solitario personaje vestido de pantalón y camisa blanca de manta y huaraches. Algo calvo, de pelo largo y blanco, comía escandalosamente palomitas de maíz y refresco de un combo gigante, ante la molestia de algunos cuantos que no podían masturbarse con la excitación que la película les proporcionaba.
Un hombre elegantemente vestido con traje hecho a la medida de color negro, camisa del mismo color, corbata y pañuelo de seda color rojo, entró al cine y se sentó junto al anciano.
– ¿No pudiste escoger otro lugar peor? – Preguntó con un tono de desprecio, cuidándose de no mancharse de algo indeseable – feliz año nuevo, por cierto.
– Gracias hijo, felicidades para también.
– ¿Podemos terminar con esto?
– ¿No podemos terminar de ver la película primero?
– Papá, por favor – recriminó – tengo prisa, mucho trabajo.
– Chale, está bien.
Ambos, padre e hijo salieron al viejo vestíbulo pobremente iluminado.
– Ton’s, ¿cómo quieres hacerlo? – preguntó el padre.
– Procedimiento normal de cada año.
– Un volado – dijo el padre, buscándose en los bolsillos – trais una moneda, me acabé la lana en la botana y no traje mi cartera.
El hijo lanzó un bufido mientras se buscaba en las bolsas del pantalón, sacó una moneda y la lanzó al aire, la moneda brillaba en cada giro.
– Águila – dijo el padre, mientras la moneda estaba todavía en el aire.
La moneda cayó y rodó un par de metros hasta chocar contra la pared. El padre dio un brinco hasta la moneda agachándose a ver.
– ¡Me lleva! – Gritó levantando las manos – chale hijo, dos de tres ¿no?
– No, tratos son tratos y se supone que tu palabra es la ley.
– Es que ya van diez años seguidos, dame chance, aunque sea este año, estoy recibiendo muchas quejas.
– No, no y no.
– Ándale, es más, para darle más sabor al caldo, mas emoción al asunto, que tal que si lo hacemos en un doble o nada – sacó de la bolsa del pantalón una llave, con un llavero que tenia una letra J en color oro. – mi Jardín del edén, ¿Qué tal?
El hijo lo pensó por unos instantes, no le gustaba jugarle al vivo, siempre iba a la segura, pero la oferta era tentadora, y ese Jardín si que era un edén, así tendría un lugar a donde ir a relajarse, a disfrutar de unas merecidas vacaciones.
– Está bien.
– ¡Eso es tocho! Ahora yo lanzo – El padre levantó la moneda del piso, se la acomodó poniéndola encima del pulgar que presionaba contra el índice y la lanzó al aire.
– Sello – dijo el hijo cuando la moneda estaba en el aire.
La moneda cayó y rodó entre los pies de ambos, que tuvieron que retirarse para que no obstruyeran su paso.
– ¡Chingao! – gritó el padre al ver que el resultado no le favorecía – no es posible.
El hijo solo levantó la mano para que su padre le diera las llaves del jardín del edén. El padre estuvo a punto de hacerlo, pero se arrepintió en el último segundo, levantando la mano lo más lejos que podía de su hijo.
– No seas gacho hijo, neta, no seas gacho.
– Yo no tuve nada que ver, fue la suerte papá. Ya dame las llaves, aprende a perder.
– Ultima, ándale, ultima oportunidad, la tercera es la vencida.
– No, dijiste que dos de tres y nada, se acabaron las oportunidades – el hijo le arrebato la llave en un rápido movimiento que tomó por sorpresa al padre – además ya no te creo nada, me dijiste que yo era tu luz más brillante y mira donde me pusiste.
– Ya vas a empezar con eso de nuevo, ya supéralo.
El hijo no dijo palabra alguna, se dio media vuelta y se empezó a encaminar hacia la salida.
– Te apuesto a mis arcángeles – dijo el padre con voz suplicante.
La guardia personal del padre, siete soldados que habían sido entrenados por los kaibiles, gafes, seals, gsg 9, los bope, entre otros, la elite de la elite. Ellos representaban siempre el último obstáculo por el cual el hijo no se había adueñado del negocio de su padre. Por eso tenían que hacer estos tratos sobre las riquezas que se peleaban año a año y aunque el hijo había tenido una racha de buena suerte, si ganaba esta apuesta, sus posibilidades de ganar aumentarían considerablemente.
– Yo lanzo – dijo el hijo girándose de regreso hacia su padre.
La moneda voló por los aires. Girando lentamente, parecía que el tiempo se detenía, que corría mas lentamente, como si ese instante fuera a durar para siempre por la importancia que tenia ante el resto de la humanidad y sus almas inmortales, ya que no solo habían apostado el jardín del edén o a los arcángeles, si no el destino de todas las almas humanas que morirían durante ese año y que irían, independientemente de su vida en la tierra a alguno de los dos destinos, hasta ese momento, el infierno.
– ¡Águila! – Gritaron ambos al unísono – ¡sello! – volvieron a gritar al darse cuenta del hecho.
– Yo pido, tú lanzaste – dijo Dios, todavía con la moneda en el aire.
– Está bien, pide – accedió Luzbel.
– Águila.
La moneda continúo su camino hasta el piso, rebotó en un par de ocasiones todavía en el mismo lugar, girando y girando, cambiando de cara y resultado, hasta que termino de moverse, mostrando el resultado final.
– ¡Verga!
Sí me gustó al inicio pero cuando salió que era dios y satanás me pareció muy cliché y una vez más el final totalmente predecible.
¿Seré yo? (que últimamente los finales no me han gustado) o quizá el hecho del cliché de la eterna pelea dios vs devil. No sé
¿Qué hacia dios en el cine porno? jajaja kinky motherucker.
– ¡Verga! – exclamó.
– ¿Pensaste que esta vez sería diferente? – preguntó el otro.
– ¿Por qué no habría de serlo? – respondió con una sonrisa socarrona.
– Y ¿ahora?–
– Ahora solo salgamos de aquí, te invito un trago, yo pago, busquemos caricias reales, el masturbarse nunca ha ido conmigo; ya veremos en el camino que apostamos.
no es por nada, pero eso de «corregir» «reescribir» textos ajenos, se me hace una mentada de madre al autor.
disociemos.
no es mentada de madre, no es corrección, y menos al autor. si me apresuras, se critica al texto, solamente.
o quizá tan solo es un ocioso ejercioso de literatura de tomar un tema y crear a partir de el.
Lo importante es que te leen.
Concuerdo con Simbad, no está corrigiendo al texto, se limita a tomar parte del mismo y crear una especie de minifición al texto ya escrito. Y sí, lo que queremos es que lean y en mejores casos que se aventuren a crear cosas nuevas. (De ahí nuestra licencia Creative commons)
¿Epílogo entonces? Dios es porno, chido.
A mi si me gusto mucho pero creo que estuvo de mas decir que al final eran dios y lucifer, si hubieras omitido eso, que de hecho ya se inferia habria estado chido, la verdad me parecio bueno, entretenido y lo mas importante, se adapto bien el… «reto» y siento que pese al cliche que dice Yair, ha sido el mas original del capitulo.
Muy bien chico, muy bien.
jajaja, ciertamente es un tema que en verdad se ha utilizado repetidas veces. Hasta en la biblia lo hacen. Pero bueno, el texto me gustó y eso es lo importante