Fiebre porcino-mexicano-valemadrismo

Hasta donde tengo entendido, el virus de la influenza porcino-mexicano es una enfermedad que ataca principalmente las vías respiratorias, en mi caso afecto levemente mi memoria de corto plazo, o dicho de otra manera, si mis compromisos no son registrados en mi Sclavberry, pasan al rincón de los olvidos.

Entonces a mi me afectó la fiebre porcino-mexicano-valemadrismo, que ocasionó que mi orgullosa responsabilidad de escribir aquí, fuese súbitamente olvidada. Lo cual no es necesariamente malo, pero tampoco refleja un grado importante de responsabilidad de parte de este viejo marinero.

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Iniciamos el 4 de mayo

Debido al caos generado por la Influenza, los temblores, las crisis, y los puentes, HD-B retoma sus labores el Lunes 4 de Mayo, ni mas ni menos que con el flamante Capítulo VIII titulado:

PANDEMIA

Estén pendientes porque pronto abriremos convocatorias para convertirse en escritor de HD-B.

Y mientras esperan, no olviden calificar con estrellitas los textos ya escritos.

Saludos y nos vemos en 4 de mayo.

El coleccionista de historias.

Cerró el libro, se recargó en el respaldo del sofá y miró hacia el techo. Había sido una buena historia. Reflexionó el desenlace mientras los últimos detalles de la novela que acababa de leer se grababan en su mente.

Después de un rato se levantó y acomodó la novela en el enorme librero de su casa junto con todos los demás libros que ya había leído con voracidad. Aunque tenía una enorme colección de libros, también contaba con una amplia colección de novelas gráficas, cómics, documentales, películas, series de televisión, videojuegos y manuscritos propios que nunca publicó. Toda esta gran colección solo tenía una cosa en común: La historia le había fascinado.

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Coitus interruptus en la playa

Se acerca ese cerro, o yo me acerco a él. Mis lentes oscuros son como una barrera ante los rayos del sol, mismos que queman mi brazo derecho. Aún así, disfruto del paisaje. El ruido del motor aunado al viento que entra por las ventanillas me relaja. Me relaja pensar que pronto estaré en la playa.

Con todo y que yo no voy conduciendo, me siento con plena libertad… mi mente es la que se siente con plena libertad, y me lo está demostrando: sexo en la playa con la primer chica que se me atraviese, cervezas al por mayor, descanso en la arena, nadar sobre las olas. Después de barajar estas opciones, mi cerebro se decide por la primera: sexo en la playa con la primer chica que se me atraviese.

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Las escaleras

Timbraste un poco antes de lo que yo esperaba; como pude me puse mi camiseta, bajé las escaleras, y previo a abrir la puerta, encendí el reproductor de discos compactos que tengo en la sala, el cual empezó a reproducir el último compacto que había introducido no se hace cuanto tiempo.

Hacía ya más de tres semanas que no te veía, y si acaso, habíamos intercambiado dos o tres llamadas telefónicas. El verte después de largas ausencias me produce una serie de descargas eléctricas que recorren indistintamente mi estomago y espina dorsal como la primera vez que te besé, hace ya algunos años en aquel pequeño restaurante italiano a las afueras de la ciudad.

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