Sádica es la manera en que acaba de vomitar la señora de la esquina que no vive en la esquina propiamente y que tampoco es prostituta pero por alguna extraña razón siempre está en la esquina y nadie la mueve de ahí.
Nunca la he visto comer, beber, ni hablar: siempre está parada ahí en la esquina sin hablar con nadie y sin hacer nada memorable. Curioso es que no parece tener problemas de salud y hasta podría decirse que es bastante guapa si no fuera porque en realidad es bastante fea.
Puede considerarse pesadilla, milagro, o ambas cosas, pero el punto es que la señora de la esquina vomitó esta mañana durante tres horas consecutivas. Los vecinos siguen sin entender cómo es posible que algo así haya pasado en nuestro aburrido y monótono vecindario.