La lección de un sueño lúcido me ha costado trabajo controlarla. Cuando comienzo a dormir me repito: esto es un sueño, esto es un sueño, esto es un sueño, que suerte. Me lo repetí hasta darme cuenta del lugar en donde estaba. La última vez que me encontré en la misma situación intenté salir volando y todo se desvaneció, pero esta vez no. Me tranquilicé, respiré profundo y decidí que no permitiría dejar que se escapara la ocasión, así que la tomé sin duda alguna. Lo que sucede es que uno se emociona ante tremendas oportunidades y lo primero en que uno piensa es en salir disparado por los aires, pero no, no se debe ser tonto, uno debe de enfocarse en el momento, en el contexto, en disfrutar.
Nos respirábamos tan de cerca que la menta a que sabía su boca la podía percibir ya en la mía. En sonrisas nos estábamos haciendo el amor por Continuar leyendo «Primera Lección»