Al final todo es más claro, pues las cosas complicadas, esas que tenías planeadas hacer en una semana, meses, años o que simplemente lo tenías en la categoría de quimeras inalcanzables, esas cosas, desaparecen lentamente mientras te concentras en observar los segundos carcomiendo poco a poco tu carne hasta robarte la última molécula de aire.
Todo se vuelve simple y de golpe, te llega la certeza de que todos los logros que obtuviste fueron nada y que ese apocalipsis al que llamaste vida no es más que parte de una gran cadena a la que realmente nunca quisiste permanecer.