Motivos

El sonido del agua cayendo había hipnotizado completamente a Juan Pablo, sin darse cuenta, o quizá sin importarle, había abierto la llave del lavamanos a todo lo que daba. Ese sonido, el burbujear del agua, la sensación en sus manos y el shock de aquella imagen le había bloqueado cualquier pensamiento. Observaba el agua corriendo y desapareciendo, deseo con todas sus fuerzas irse con el agua y terminar en la alcantarilla que al fin y al cabo no podría ser peor que la cloaca de su vida, si se iba con el agua o no su vida terminaría igual, en el hoyo.

Llevaba media hora lavándose las manos como si quisiera deshacerlas con jabón y agua, parado en medio de un charco de agua y el abdomen frío salpicándose, con miedo de salir de ese cuarto.

Laura había encendido un cigarrillo y seguía sentada en la sala, desnuda, con la luz prendida y sin mostrar inhibición alguna. Miraba a un punto indefinido en la pared, se ahoga con el cigarrillo y tose estrepitosamente saliendo de su hipnosis. Continuar leyendo «Motivos»

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Sangre de mi sangre

«Primero en tiempo, primero en derecho«… ja, ja, ja, ja, ja, pobre estúpido; Juan Pablo, tardó unos segundos en asimilar el significado de esa frase, fue entonces cuando comprendió el sentido de la misma.

Al instante reflexionó sobre el cuadro que estaba ante sus ojos, le pareció una mala broma del maldito destino, siempre en su papel de agnóstico, el gesto serio cada vez que hablaba del tema, le vino de inmediato a la mente las mil y un veces que repitió a cuanta persona se dejara por él influenciar: «el destino no existe»; no obstante, ese mismo destino(?) del que por tantos años renegó, le daba una bofetada directo a su -hasta hace unos cuantos minutos- inmaculado orgullo; no daba crédito a lo que sus ojos le mostraban, le pareció una imagen dantesca, un mal chiste. Continuar leyendo «Sangre de mi sangre»

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Felaciones

Y . . .

Con una voz grave, un marcado bamboleo seguramente originado por el alcohol y una penetrante emanación a sudor le rogó: -“Joven, por favor regáleme un cigarrito o unas monedas para comprar algo de comida”.

Juan Pablo que no fumaba, sacó del bolsillo trasero de su pantalón un arrugado billete de 20 pesos que no le habían aceptado en el merendero cercano a su oficina por contener una leyenda política opositora al gobierno, estiró la mano y antes de hacer contacto con la de aquel, lo soltó, al momento que murmuraba para si: «necesito tranquilizarme,
no puede ser que hasta un menesteroso pedigüeño me asuste». Continuar leyendo «Felaciones»

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Del miedo y las ganas de coger

… no había nadie, el tren se había detenido y salió del vagón, se preguntó si seguiría soñando y en eso recordó que uno no puede leer en los sueños, volteó a todos lados y no encontró algo para leer, agarró su cartera y sacó una credencial: Juan Pablo López López, chingado, sí era él, sabía que ese era su nombre, ni como cambiarlo, desde que iba en la prepa le decían “el Papa” en un destello de originalidad de sus compañeros que se burlaban de sus dos nombres, y fue por eso que se dio cuenta que no estaba soñando, caminaba sin saber a donde, pero por la luz, por que seguía todo cagado por el sueño que tuvo y por el niño y el anciano que lo estuvieron siguiendo según él.
Seguía caminando por la calle, esperando a que pasara un Continuar leyendo «Del miedo y las ganas de coger»

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Monólogo de Dios briago

Justo cuando iba a salir y la alarma empezó a sonar hubo una gran explosión, así choncha . . . boooooooooooom!!!, todo fué desconcertante, el tunel por el que venia el metro se empezó a llenar de aire muy caliente y el wey pensó «ya valió verga», cayó una viga a un lado de el de forma que la salida se bloqueaba y quedó atrapado, ahi estaba sólo, tenia un zumbido en los oidos horrible y la vista nublada, los sonidos cercanos se escuchaban muy graves, no sentía dolor, son sólo los síntomas de una descarga de adrenalina por todo ese pedo, trató de protegerse, dió unos pasos atrás, miró al rededor tratando de buscar una forma de salir, por un momento pensó en irse por el tunel del metro pero conforme avanzaba se sentia el aire mas y mas caliente, así como cuando estas comiendo carnitas junto al cazo pero sin el olor sabroso del puerco cocinandose, en fin, no quedó mas que sentarse y esperar a cocinarse lentamente pues el aire subia de temperatura en cada momento.

Sin embargo al caer al suelo esperando que Continuar leyendo «Monólogo de Dios briago»

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