Extendió una vez más sus brazos al cielo coreando al igual que los demás a ambos lados suyos. Él, iluminaba el escenario, cantando un misterio con su excitante voz. Su ropa era un brillo incandescente complementado con plumas y lujosos accesorios. Se presento arropado en aquella actitud tan suave y a la vez, por la misma razón, tan irreverente y provocativa que a Mariano le fue imposible quitarle los ojos de encima. Faltaban solo un par de canciones más para que aquella increíble criatura abandonara el escenario envuelta en luces que emulaban una nave espacial, surcando el cielo de la pantalla gigante hasta perderse en el infinito de la imagen como un punto brillante más en el conjunto de constelaciones visibles en el último cuadro de la toma; Mariano lo supo mejor que nadie en el recinto, pues había asistido a todos y cada uno de los conciertos de aquel enigmático personaje. Las tres últimas canciones prácticamente lo dejaban en shock en cada uno de los recitales a los que asistió. Su figura temblorosa y en éxtasis era lo último que el acomodador del teatro había visto salir en las siete noches consecutivas en las que el nombre aquel brillara en marquesinas. Continuar leyendo «The Rise and Fall of Marianos Drag Queen Dreams.»
Autor: Kiddo
Ya casi lo tenía
A Simón le gustaba pensar que la chica que se sentaba a su lado en clase de cálculo se llamaba Kelly. En sus más sucias fantasías había vivido con Kelly las semanas más apasionadas de su vida, todas las noches en la oscuridad de su habitación, iluminada tan solo por la luz que emitía la pantalla de su lap, Simón solía inventarse mil aventuras de cama junto a Kelly. El blog donde narraba dichos encuentros extenuantes en los más diversos e inimaginables lugares, através de de las semanas que llevaba alimentandolo, se había vuelto un exitoso lugar concurrido por la más diversa fauna de adolescentes precoces en busca de vivir através de dichos relatos lo que a ellos mismos les habría gustado hacer (ya ni siquiera con la buenota Kelly, sino con cualquiera de sus conocidas que se los permitiera). Ilusos.
No se imaginaban siquiera que Continuar leyendo «Ya casi lo tenía»