Asomar la cabeza por ahí fue como aparecer de pronto en la cima de una montaña, como sentir un aire en la cara que nunca había sentido. Puntos de colores correteaban debajo de mis ojos, por un momento creo que fui gigante, sin embargo yo también era un puntito que veía en perspectiva las cosas desde otra posición. Estiré mas el cuello y mire hacia la nube, la vi mas cercana, mas alcanzable, como si con un ligero esfuerzo pudiera tocarla, la altura daba siempre un poder inmenso en ese momento fue que comenzé a pensar en atrapar el olor de aquella nube.
Me agarré con fuerza al alfeizar de la ventana, no podria alcanzar nada, no podria pretender audacia, pero tan solo si pudiera respirar un poco … Todos los colores del mundo se asomaron y vinieron a mi nariz al asomarme un poco, si alcanzaba a oler esa nube entre todos los olores supongo sabría identificar. De pronto alguien me habló, Incliné mi cabeza hacia la ventana de abajo, era mi vecino, me pregunto:
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